Imagino a los dos titiriteros de Tetuán, en su celda, conversando con otros presos.

-¿Y tú por qué estás aquí?- le preguntan al compañero más cercano.

-Porque maté a mi esposa después de violarla y quemarla en repetidas ocasiones. La verdad es que se me fue la mano, porque ese día no pretendía pasar de los insultos. Pero me tenía muy harto y al final uno no sabe controlarse y pasa lo que pasa. En fin. ¿Y vosotros?

-Por hacer un  teatro de títeres.