Y así seguimos. Que si el feminismo es lo contrario del machismo y que a mí los extremos no me gustan. Que si son unas radicales, unas feminazis, que ahora se ha puesto muy de moda y me sube la adrenalina si lo digo muchas veces, sobre todo en foros y enlaces de facebook. Que las mujeres ya lo tienen todo conseguido y que no sé qué más quieren. Que ya están en todos los sitios. Sí, mucha igualdad pero vosotras entráis gratis a las discotecas. Que las feministas están siempre enfadadas. Y odian a los hombres. Y son todas lesbianas. O putas. Que se toman a mal hasta un piropo dicho con gracia. ¿Y con esas pintas vas a ir? ¡Arréglate un poco! Que de verdad te lo digo, si las maltratan más de una vez es porque se dejan. Y algo habrán hecho. Porque si no cogerían la puerta y se largarían, ¿o no? Que también hay denuncias falsas. Y además, de la violencia de mujeres a hombres no se habla.

Y así siguen. Cada día. Hablando sin informarse, sin contrastar, enarbolando una bandera casposa y sucia. Perpetuando creencias e ideas distorsionadas. Juzgando constantemente.

26 de enero y 9 asesinatos machistas. Justo detrás, la ristra de absurdos discursos y frases negras. Un poco más atrás, todo lo que no se ve ni se dice. Por eso es tan importante educar y visibilizar, como hace Pamela Palenciano Jódar a través de su monólogo ‘No solo duelen los golpes’. Inmensa mujer  e inmenso trabajo. Siempre gracias.