7.30. Hora de levantarse y de afrontar otra nueva jornada laboral. El café recién hecho, como tanto le gusta. Las tostadas impregnadas de mantequilla y mermelada. El periódico en la mesa, dispuesto para ser ojeado. Aunque hoy no le dará mucho tiempo a pasearse por las noticias, se hace tarde y le espera un duro trabajo. Su pelo está tan corto que no necesita peine. Un ligero toque con los dedos y poco más. Maletín. Chaqueta. Camisa perfectamente planchada. Las llaves de casa y del coche, en el bolsillo. El beso de recibo. Todo en un sitio. Ahora sí. Ya está preparada y dispuesta a afrontar el día.
Nuevo día
por backup | 13/02/2013 | Literatura (sea lo que eso sea) | 1 Comentario
Se despierta, bosteza y se levanta arrascandose la pantorrilla desnuda y va al baño, vuelve a bostezar y tira de la cadena, vuelve a la cama sonriendo, buscando el beso que se perdió ayer entre las sabanas, abrazandose a mi se arropa con las sabanas con mis piernas y con mis brazos, recogiendo con sus dedos los resquicios de caricias que se durmieron por la mañana, toca mi espalda que se eriza y desliza con las yemas mi excitación hasta mis senos, que se estiran y endurecen con el roce de su abdomen, con la suavidad que mece a un niño me envuelvo en su pecho, me muero en su vientre lamiendolo besandolo, comiendo de sus senos, bebiendo se su piel, aprendiendo a tocarla como si lo hicieras con un gato para que no te arañe, para darla ternura para siempre pero solo teniendo un segundo, ese segundo que no quieres que nunca se vaya pero se te va de las manos y sientes como explota tu alma, tu corazón se destruye y vuelve a renacer y tú con él.