Volverán. Las amapolas siempre muestran sus hechizos. Los gorriones nos habitan con encantos. Cinco y dos, el arcoíris. La lluvia sobre una piel algo más blanca, algo más sabia. Las risas sobre las calles. El balcón (solo) con sus geranios y la ropa aventurada. Las citas, los encuentros blanditos después de la marcha. Los aplausos tras el arte. La música en expansión con las bondades del universo. Los cuerpos cercanos, sin profilaxis.
Volverá todo. Estoy segura.
Pero hoy, con marzo entre los dientes, solo pienso en la (inmensa, necesaria y laboriosa) reparación.