Renazco tarde en este nuevo día que llega cargado de nubes, lluvia y momentos plácidos. Me fusiono con él.
No me incomoda, no siento nostalgia ni me invaden las sombras. Al contrario, me resulta apacible, lindo, como si alcanzara a llenar mi alma con este tiempo otoñal y estuviera en armonía con él, ya que es lo propio, quizá no para un sábado, pero lo propio.
Fin de semana, lluvia y yo. Una mezcla sensacional.
Me parece curioso que, pese a mi carácter fundamentalmente positivo y alegre, me apasione la música triste. Y aún más llamativo resulta que hoy, precisamente hoy que el cielo nos riega con sus manos, no sienta necesidad alguna de escuchar notas deprimentes.
El ser humano y sus paradojas. Y este nuevo día.
Continúo mi fusión con él.