Y entonces
y a veces
nada es igual a lo
anterior ni
apenas distinto
Digamos solo: caduca agosto
las plantas crecen y las golondrinas
mantienen su viaje
en medio de un cielo
nutrido en llamas
El agua es clara, la luz nueva, el tiempo solo una ilusión. Miro el horizonte y pierdo el odio, el rencor, la envidia. Si mis objetos se marchan no los rescataré. Que sean dichosos donde vayan. En lo alto de … Sigue leyendo
Y entonces
y a veces
nada es igual a lo
anterior ni
apenas distinto
Digamos solo: caduca agosto
las plantas crecen y las golondrinas
mantienen su viaje
en medio de un cielo
nutrido en llamas
Publicado en Literatúrame, Reflexióname
Fue hace tiempo, mucho y compacto.
Las tardes aún sabían a semillas de amapola y las mañanas, a furor.
Los besó y desapareció calle abajo.
Se llevó una mochila, pan y el tacto de unos labios agrietados.
Entre otras cuatro paredes, aprendió las presuntas verdades de la vida.
Hasta que el sol se situó en el punto más alto.
Entonces regresó -el regreso siempre insiste-
En la cuesta, calle arriba, encontró una casa en llamas.
Un fuego vencedor ya sospechado.
¿Cuántas horas lleva ardiendo?
Los abrazos irán a otros cuerpos y sus manos no abarcarán las mías.
No los veré tras la cuarentena, como tampoco lo hacía antes (salvo en algún sueño impreciso).
No pronunciarán mi nombre y si lo hacen hallarán un eco informe.
¿Y esos fantasmas devotos?
¿Saborearé su carne extinta?
¿Vivirá la dicha en sus bocas ajadas?
El tiempo es una promesa dúctil
y sobrevivir
una medida de tiempo.
De vez en cuando
las sombras se hacen
fuertes
cabalgan erguidas
a lomos de la tarde
y arrollan un futuro
vestido de charol
a veces
en enero más que en mayo
el intenso aroma
de las horas rotas
reaparece
y aviva el fuego
con guantes de seda
entre las garras
quizá cuando el tiempo
venza al reloj
gane el bando
de las coseduras
Publicado en Literatúrame